Nos acompaña a diario, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. A menudo, somos conscientes de su existencia cuando algo va mal, cuando nos duele una zona, cuando estamos cansados, tenemos hambre o sed.
Estamos hablando de nuestro cuerpo.
A pesar de ser parte consustancial de nosotros mismos, nuestro cuerpo esconde aún multitud de secretos. Es por ello que a diario se realizan estudios para entender mejor sus funciones y capacidades y los hallazgos no dejan de sorprendernos.
Los seres humanos nacemos con 300 huesos, muchos de los cuales son pequeños o están hechos de cartílago. Conforme vamos creciendo, los huesos más pequeños se van uniendo a otros, por lo que el cómputo total decrece. Los que están hechos de cartílago acaban convirtiéndose en hueso. Gracias a esto el feto es capaz de atravesar el canal del parto si sufrir fracturas óseas.
Un adulto promedio posee entre 4,5 y 5,5 litros de sangre fluyendo por su cuerpo. El hombre suele tener algo más de sangre que la mujer. La cifra también varía en función del momento de la vida en el que nos encontremos. Una mujer embrazada, por ejemplo, tiene aproximadamente un litro o litro y medio más de sangre que una que no lo está.
Los humamos tenemos cerca de 1200 músculos en el cuerpo. Más de la mitad de ellos están localizados en la cabeza y en el cuello. Mientras que unos músculos los activamos a voluntad, otros, como el corazón, funcionan por orden del sistema nervioso autónomo
Las bacterias son parte importante de nuestro organismo, muchas nos protegen frente a enfermedades y otras ayudan a renovar partes de nuestro organismo. En total, tenemos la friolera de 39 billones. En otras palabras, tenemos diez veces más bacterias que células en nuestro organismo.
Aunque la cantidad de órganos puede variar en función de cómo se cuenten, la cifra mayormente aceptada por la comunidad científica es de 78. Aunque algunos de ellos se repiten en el organismo, se cuentan una sola vez, como los dientes o los huesos. De los 78 órganos tan solo cinco cumplen funciones indispensables para la supervivencia: corazón, cerebro, hígado, al menos un pulmón y al menos un riñón.
Cuando nacemos, nuestro cerebro pesa unos 350 gramos, llegando a “engordar” hasta los 1,4 kilos de media en la edad adulta.
El glúteo mayor, que interviene en la labor de sujetar la parte superior del cuerpo, es el músculo más fuerte que tenemos. Nos ayuda a mantenernos erguidos y nos facilita la movilidad.
A lo largo de la historia de la humanidad el glúteo mayor fue evolucionando para que nuestros ancestros pudieran recorrer largas distancias, algo esencial en su supervivencia.
Una persona tiene más de 80.000 mil millones de neuronas solo en el cerebro. Este tipo de células también está presente en la médula espinal y en el sistema digestivo.
Aunque podamos pensar que somos muy distintos unos de otros, lo cierto es que los seres humanos compartimos más del 99 % de nuestro ADN.
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